Revive la Misión

Devocional Martes 01 de Marzo:

 

DESCANSO EN LA PROVISIÓN DE DIOS AL PERMANECER UNIDOS

por Michell Bone, titulada de Biología (2013), Química y Farmacia (2015).

1 »Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Toda rama que en mí no da fruto, la corta; pero toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que les he comunicado. Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí. »Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada. El que no permanece en mí es desechado y se seca, como las ramas que se recogen, se arrojan al fuego y se queman. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá. Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos…..16 No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. 17 Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros.

 Juan 15:1-8;16-17

Gracias a las condiciones de la zona central y su clima mediterráneo, con estaciones bien marcadas, veranos secos, cálidos y grandes variaciones de temperaturas entre el día y la noche, es que podemos conocer de cerca las vides, siendo probable que alguno de nuestros amigos o familiares tenga alguna parra en sus casas y de la cual hayamos disfrutado de sus uvas.

La vid como bien sabemos es una planta, un organismo multicelular que se estructura en diversos tejidos vegetales, órganos y sistemas con diferentes funciones, al igual que tu cuerpo y que en definitiva todas sus partes constituyen una unidad como ser vivo que son inseparables, y por tanto, es imposible que sus ramas, pámpanos, hojas, sobrevivan si se caen o rompen desde la planta madre.

Jesús es la planta madre, fuente de vida y dependemos permanentemente de él para nutrirnos, crecer, producir fruto, reproducirnos como creyentes y alimentar a otros con su amor. Tenemos una unión orgánica y natural con él, así como la vid entre todos sus tipos de tejidos y órganos, funcionando armónicamente, comunicándose por señales entre cada una de sus partes, habiendo así una sintonía tal que la planta como nosotros podamos cumplir su propósito. Jesús nos explica que es lo que nos une, el amor, y que expresado entre sus amigos (nosotros), muestra quienes son sus discípulos, quienes son los que dan fruto de forma perdurable y los que observan ese amor, conocerán del amor de Jesús.

Si no permanecemos en su amor, es imposible dar amor, y por tanto fruto, si permanecemos en él, él será glorificado, y como consecuencia natural añadida el Padre suplirá toda necesidad que pidamos en su nombre, porque él es nuestra fuente de vida, el es la planta madre que nos nutre y no sólo en lo espiritual sino como seres integrales que somos con necesidades humanas, tal como Jesús lo vivió al encarnarse entre nosotros.

Te propongo leer nuevamente el texto Juan 15:1-17 y meditar en las siguientes preguntas, con la ayuda del Espíritu santo y tus amigos.

Preguntas de meditación

Se observa en el texto la forma, aunque en diferentes tiempos verbales o expresiones similares: “no puede o no podrá” versus “si podrá o si ocurrirá”.

¿Qué es lo que provoca o gatilla el “No puede o no podrá”; ¿Bajo que acciones , si se producirá el que se podrá o que se dará, se recibirá algo o que serán algo?

Permanecer parece una actitud pasiva de quedarse quieto… ¿en este caso será así?

¿Qué crees que significa permanecer junto a Jesús, junto a la vid, junto a sus palabras? ¿Qué actitud se requiere de un discípulo para permanecer junto a su maestro? ¿Qué acciones toma Jesús para que permanezcamos en él?

Los frutos son mencionados como un elemento relevante y necesario en el texto…

¿Qué es un fruto perdurable en un discípulo Cristo? ¿Qué nos demanda el Señor? ¿Qué haremos para producir ese fruto y cumplir este mandamiento?

Este pasaje nos recuerda el Salmo de David 37:4; en ambos casos hay una relación intima (Dios y David) u orgánica (Jesús y sus discípulos – la vid con sus pámpanos), hay un deleite, una comunión, una permanencia, que produce…

¿Reflexionando en tu vida, ¿qué acciones puedes tomar para dejar que el Señor te cuide y limpie o “pode”?, y así puedas mantener esa intimidad y comunicación cercana con él, que permita nutrirte, crecer y producir ese fruto perdurable que el Señor quiere. ¿Qué produce esta relación íntima con él?, ¿qué te ha dado el Señor? ¿Crees que, tras reflexionar en estos pasajes, puedas descansar en la provisión del Señor? ¿Por qué?.

Te invito a que puedas escribir tus pensamientos y reflexiones adicionales que hayan surgido de tu propia meditación o la del grupo.