Por Paola Matus Calabrano
6 El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2:6-11)
Llegando las fiestas de fin de año, es normal que comencemos a rememorar lo que fue este año, y muchas veces este balance puede ser un tanto agotador. Metas, anhelos o sueños sin cumplir, planes de lecturas incompletos, sensación de derrota, soledad, e incluso la pérdida de seres queridos.
Frente a este tipo de balances o simplemente por el agotamiento de fin de año, muchas veces nos olvidamos o nos hacemos indiferentes a lo que realmente estamos celebrando el 25 de diciembre.
Por tanto es importante recordarnos cuán significativo es para toda la humanidad el nacimiento de Jesús, la salvación encarnada.
Recordemos que “ …el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
Recordemos el privilegio de reconocernos amados por un Creador activo y presente con su creación, que se sacrifica y nos invita a vivir la vida aferrados a Él.
Recordemos su fidelidad en esta navidad.
Tomémonos unos minutos para agradecer a Dios por lo que ha hecho por nosotros en nuestra vidas y en particular en este último año.
Celebremos una navidad en acción de gracias y recordemos que aun en medio de la incertidumbre del año que viene, Dios es Soberano y en él está puesta nuestra esperanza.
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