Cuando era estudiante leí un pequeño librito de John Stott, que me parece era un resumen de algunas conferencias que dictó en América Latina. El libro se llama «Los Desafios del Liderazgo Cristiano» (Ed. Certeza). Ese pequeño texto me bendijo mucho en una etapa de la vida, cuando estaba encontrando mi identidad como creyente y también aprendiendo a usar los dones que Dios me ha dado en el ministerio estudiantil.
En el GBU, quienes participamos, somos y debemos ser ‘empujados’ a usar nuestros dones para el servicio del la Iglesia (en el amplio sentido de la palabra). Creo que ese es una tarea fundamental que se realiza bajo el alero de la Palabra, en el contexto universitario. ¡Que rico es cuando quienes participan de los núcleos son desafiados y deben atreverse a buscar de Dios y realizar alguna tarea que antes no habían hecho! Recuerdo cuando me pidieron que dirigiera mi primer estudio bíblico, o cuando leí un evangelio con alguien que aún no era creyente. O la vez en que tuve que organizar un evento de aniversario del GBU; dirigir un culto de acción de gracias o coordinar el levantamiento de fondos para financiar nuestro compromiso local. Todos ellos son desafíos, grandes o pequeños, que van marcando una forma de vivir.
Entre todas esas opciones, se espera que una o varias ‘hagan click’, y que el estudiante pueda encontrar algo en lo cual es bendecido, le gusta o le es fácil; y esperamos que puedan seguir desarrollándolo.
Hoy hemos sido desafiados de una manera especial. El ministerio ‘en línea’ o a la distancia. Sin ninguno de nosotros haberlo esperado o querido, nos encontramos en una posición en que debemos adaptarnos para seguir adelante con el ministerio del GBU. Somos desafiados. ¿Cómo estamos respondiendo?
Me alegra en gran manera ver la creatividad de los estudiantes. Se han hecho reuniones de núcleo online, talleres, seminarios hasta campamentos. Podcast, videos, infografías, cadenas por whatsapp. Lecturas bíblicas, reuniones de oración. ¡Pero hay más! Debemos orar al Señor y mantener nuestra conexión con Él primeramente, para que logremos seguir adentrándonos en la jungla digital, y poder sobretodo extender el Reino de Dios, hacia los que no conocen aún al Salvador.
Estamos desafiados. Probablemente John Stott no imaginó en vida este tipo de desafío, pandémico-digital. Pero el Señor sí.
Animo a toda la comunidad GBUista a seguir orando en este sentido, dar rienda suelta a su creatividad, y compartir sus historias y testimonios de vida y misión, en medio de este desafío digital.
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